
Subliminal:
Produce un efecto indemostrable y arriesgado.
Es la estrategia más efectiva si llega hasta el final.
En principio (años 60) es utilizada para cualquier tipo de producto.
Posteriormente lo subliminal es explotado para productos como el tabaco, el alcohol, la lencería, etc.
Se puede detectar con elementos objetivos como la composición del anuncio. Ésta trabaja con la relación entre primer plano y segundo plano como metáfora de la parte consciente e inconsciente del individuo
Posicionamiento o ubicación:
Selecciona un segmento del público para convertirlo en el centro de la campaña. De esta manera realiza una interpelación directa a ese tipo de consumidor y todo gira en torno a la relación con un consumidor.
El segundo paso de selección consiste en la selección de facetas de la subjetividad de los consumidores (trabajo cualitativo).
La selección del público va a ser interpelada pero el resto también puede serlo. Todos pueden ser movilizados por la campaña ya que esta estrategia combina lo particular con lo general.
El centro del mensaje es el público. El consumidor es tratado como diferente ya que esta estrategia necesita distinguir.
Esta estrategia es utilizada para productos genéricos (no específicos) ya que compiten en un mercado saturado.
Enigma:
Produce un deseo: resolver el significado de algo (provoca una expectativa).
Nace en los años 70.
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